¿Como se mide el confort térmico de una construcción?

El confort térmico puede definirse como la manifestación subjetiva de conformidad con el ambiente térmico. Este depende de la temperatura ambiental y la humedad del aire, la temperatura de las superficies interiores, el grado de actividad física y la vestimenta, la velocidad del aire, además y en menor grado de la calidad de la iluminación y la calidad del aire entre otros factores.

En estas variables influyen principalmente las características de la construcción, el clima y el tipo de la calefacción y la forma de ventilación. De la construcción de muros, pisos y techos de una casa importan aquí su resistencia térmica (el efecto de aislación térmica), la masa térmica y la tipología constructiva (macizo o estructura más relleno o multicapa etc.).

Muros de fardos de paja: Súper eficiencia energética

Los muros más favorables en cuanto al confort térmico y la habitabilidad de una vivienda son aquellas con un alto efecto aislante donde además no se genera condensación en la superficie ni al interior del muro. Lo primero reduce las pérdidas de calefacción y mantiene la temperatura superficial agradable (in invierno debe ser cálida y en verano fresca). Lo segundo es para para garantizar un ambiente saludable, libre de humedades y de moho, y una construcción durable.

El análisis de muros de fardos de paja*, en el clima de las zonas de cultivo de trigo en Chile, demuestra que cumplen con estas exigencias de forma ejemplar: En el sistema de Certificación del comportamiento térmico del MINVU, una casa donde se reemplaza los muros típicos por muros de fardos de paja (sin tocar piso, techo y ventanas) llega a tener la clase “C”. Esto es una excelente eficiencia energética por un precio absolutamente “normal”.

Muros secos y cálidos: Habitabilidad a bajo costo

El análisis higro-térmico* (comportamiento ante variaciones de temperatura y de humedad) muestra la ausencia de efectos de condensación, además de una temperatura superficial óptima. En este tipo de casas la calidez no cuesta mucho: Literalmente se puede mantener la casa cálida en invierno a bajo costo. En las zonas de trigo, donde la calefacción predominante es la estufa a leña, los habitantes pueden encontrarse con más beneficios:

• Menos días donde es necesario calefaccionar
• Se podría reemplazar la leña húmeda por leña seca certificada, dentro del mismo presupuesto
• Menor contaminación intradomiciliaria
• Menos contaminación del aire exterior
• Menos trabajo de adquisición y de manejo de la leña, menos mantención y aseo
• Mejores condiciones de salud y de economía familiar

Resumiendo, el reemplazo de muros convencionales por muros de fardos de paja puede mejorar considerablemente la calidad de vida de los habitantes.

¿Que estamos esperando?

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* Véase el estudio “Vivienda social rural de Fardos de Paja – Habitabilidad y eficiencia a bajo costo”. El estudio se puede descargar haciendo clic aquí.