El Diario Financiero DF dedica este domingo una página del suplemento DF MAS a la construcción con eficiencia enérgética. Junto a Marcelo Huenchuñir respondí las preguntas de la periodista. Aqui el artículo completo:
Más allá de la Reglamentación Térmica chilena, que data del año 2000 y es muy poco exigente, hoy la tendencia en construcción es la creación de casas y edificios eficientes, que producen la misma cantidad de energía que consumen.
“Si hablamos de una casa energéticamente eficiente estamos hablando de una casa donde tú te sientes bien adentro, o sea, donde no pasas ni frío ni calor, y eso con una demanda energética relativamente baja”, explica el arquitecto Marcelo Huenchuñir, presidente de ILAPH, el Instituto Latinoamericano Passivhaus y CEO de la oficina Arquiambiente.
Sin embargo, la realidad en Chile es otra: la Reglamentación Térmica que rige todas las construcciones que se hacen dentro del país data del año 2000 y exige un estándar mínimo de aislación térmica para uso residencial que está lejos de servir para alcanzar la eficiencia energética. Algunas zonas del país cuentan con un PDA, un Plan de Descontaminación Atmosférica, que tiene un estándar un poco más alto, similar a lo que se espera para la nueva Reglamentación Térmica para todo el país.
“Aun así, hasta el día de hoy se construyen casas y edificios de mala eficiencia y que tienen graves problemas de confort. Un ejemplo típico son las casas de dos pisos, donde en verano el piso superior es prácticamente inhabitable por el exceso de calor”, explica la arquitecta alemana residente en Chile, Maria Blender, especialista en construcción con enfoque medioambiental, calificadora energética y asesora de certificación de edificios sustentables.
“En mi opinión, esto se debe a las siguientes razones: primero, el error común de pensar que el cumplimiento de la norma garantiza una construcción de calidad. Segundo, una falta generalizada de conocimiento técnico en el mundo profesional, y finalmente, los consumidores que prefieren inmuebles con símbolos de estatus visibles, como ciertos barrios o un baño por cada dormitorio, en desmedro del confort térmico y la eficiencia energética. Aparentemente la eficiencia energética y la sostenibilidad no entregan prestigio”, analiza Blender.
Marcelo Huenchuñir coincide: “Si bien tenemos una Reglamentación Térmica, debería actualizarse. Comparada con otros países con características climáticas similares, es muy poco exigente”.
Cómo abrigar la casa
En Chile estamos acostumbrados a vivir en casas muy poco aisladas y, por lo tanto, poco eficientes energéticamente. Y Marcelo Huenchuñir da un ejemplo que es muy claro: “Todos recordamos cuando éramos chicos y poníamos el aliento en la ventana. Se condensaba y podíamos jugar al gato. Pero, ¿por qué pasa eso? Porque ese vidrio está a muy baja temperatura, porque no es aislante”.
Para evitar esto, hay que construir con la mejor calidad térmica posible. “Se entiende que las viviendas económicas sólo pueden tener un estándar energético básico. Pero las viviendas de alta gama, en realidad no tienen excusa: por responsabilidad social deberían ser ultra eficientes”, dice Maria Blender.
La arquitecta entrega algunas reglas básicas para lograrlo:
- La humedad es enemiga del calor.
- Debe tener ventilación, para tener una buena calidad del aire interior.
- La calefacción a llama abierta (con estufas a gas o kerosene) no es compatible con la alta eficiencia energética.
- La construcción de perfilería metálica es poco eficiente y propicia a condensaciones y moho.
Para Huenchuñir, esto es tal como lo hacemos los seres humanos al abrigarnos en invierno. “Si afuera hace frío, sabemos cómo nos tenemos que vestir. Y si hace calor, no sólo nos desabrigamos, también nos ponemos lentes de sol o un jockey: nos protegemos. En las casas también necesitamos eso, que no se recalienten ni se enfríen y para eso, hay que mejorar el grado de aislamiento térmico”.
La clave está en la aislación interna o externa de los muros, en la aislación del techo y también en la elección de marcos de ventanas herméticos y con baja conductividad con vidrios con cámara de aire, para garantizar un cierto aislamiento térmico. “Si un bote se está hundiendo en el agua porque tiene un agujero, ¿qué vas a hacer? ¿Tratar de sacar el agua con un jarrito o tapar el agujero? Tapar el agujero, por supuesto”, ejemplifica Huenchuñir.
Y esto no corre sólo para nuevas construcciones, sino también para casas antiguas, que se pueden acondicionar térmicamente. “En general, las primeras medidas son la instalación de burletes en puertas y ventanas, para reducir las corrientes frías, y la aislación térmica del techo, ya que es donde con menos inversión se logra el mayor efecto”, explica Blender.
Cero energía
Más allá de las reglamentaciones vigentes, ambos expertos coinciden en que la tendencia mundial, y a la que deberíamos apuntar, es la construcción cero energía. “Se refiere a la arquitectura ultra eficiente y que produce la misma cantidad de energía que consume”, explica Blender.
Marcelo Huenchuñir trabaja hace 10 años en la creación de proyectos de arquitectura con la certificación Passivhaus alemana, el estándar de eficiencia energética en edificios más exigente reconocido en el mundo. Según ese estándar, las construcciones deben tener un alto nivel de confort ambiental con un consumo energético casi nulo y una buena calidad del aire interior, entre otros puntos clave para conseguir la certificación.
“En algún momento de la historia todos tendremos que apuntar a las casas cero energía, porque después va a ser inconcebible. Yo le digo a mis clientes que hoy se hacen una Passivhaus que es la misma casa que van a necesitar en 40 años más, porque ya está en el top”, explica el arquitecto.
Por: Valentina de Aguirre | Publicado: Sábado 24 de junio de 2023 a las 08:42
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