Ayer tuve el agrado de poder participar en un seminario del Instituto Goethe de Santiago y gracias a la invitación de Alexander Schultheis, director de la biblioteca del instituto cultural alemán. Este evento originalmente estaba destinado a tener lugar en noviembre en el Instituto Goethe. Al igual que con muchos otros eventos, los planes tuvieron que cambiarse varias veces debido a la doble crisis que vivimos en Chile: el estallido social y la pandemia de coronavirus.
Ahora estamos en cuarentena, algunos ya hace dos meses. Entonces se re-programó el seminario para llevarlo a cabo en modo de vídeo-conferencia ¡lo que ha sido un acierto completo! Se reunieron casi 100 personas de varios países lo que hubiera sido imposible en un evento presencial de esta categoría.
Las presentaciones de los oradores anteriores fueron informativas y convincentes, cada una con su perspectiva sobre el estado actual de las cosas y las perspectivas de un futuro mejor para todos. Andrés Landerretche M. del Ministerio del Medio Ambiente, inauguró con un repaso de la evolución de las políticas de protección del medio ambiente y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Wouter Schallier, Director de la biblioteca Hernán Santa Cruz de la CEPAL, enfatizó en el rol de las bibliotecas para el acceso a la información, y Guillermo Toro, Director de Bibliotecología de la UTEM, profundizó en el papel que juegan las universidades en la formación de profesionales que siguen adelante con el desarrollo sostenible de nuestras sociedades.
Por mi parte, terminé las exposiciones con mi charla sobre el acceso universal a bibliotecas y la normativa chilena correspondiente.
Como estamos en una pandemia, agregué el tema coronavirus:
¿Qué tenemos que hacer para protegernos de los contagios al interior de los edificios? Este tema será crucial una vez que volvamos a encontrarnos en edificios públicos y oficinas. En el exterior, los aerosoles que son microgotitas invisibles que flotan en el aire y que pueden contener virus, se los lleva literalmente el viento.
Aprendimos a mantener distancia y a portar mascarilla, a lavar las manos frecuentemente y a desinfectar las superficies. Pero estas medidas no nos protegen de los aerosoles contagiosos. En el interior de edificios estas gotitas pequeñas se pueden acumular y son muy difíciles de controlar, al menos las medidas mencionadas no sirven en este caso. En los espacios cerrados, entonces lo más importante es la ventilación abundante y regular. Lo que es un desafío cuando hace falta calefacción y tenemos que abrir las ventanas. En los edificios de oficinas con espacios abiertos compartidos por muchas personas y sistemas centralizados de aire acondicionado, se requiere maximizar la ventilación, posiblemente a costo de la eficiencia energética y causando problemas de ruido y de corrientes desagradables. Está por verse aún como responden los edificios a este reto.
Por mientras deberíamos aprovechar de actualizarnos con los medios y herramientas que tenemos disponibles para juntarnos a distancia. El seminario del Goethe-Institut fue un ejemplo motivador para un encuentro exitoso de personas que se encuentran en diferentes partes del mundo.
Ver también el post previo 3 de diciembre – Día Internacional de las Personas con Discapacidad.